miércoles, 25 de enero de 2017

POLVO Y GOLES

Polvo y goles.


COLUMNISTA INVITADO/ ORLANDO EL BETO MURIEL/REVISTA FARODEPORTES


Estoy en Sevilla preparándome para el cubrimiento del Campeonato Nacional Masculino de Fútbol de Salón, Copa Elite Sevilla nos Une, y me ha llamado poderosamente la atención enterarme que dos de los equipos participantes, uno de los cuales está integrado por jugadores de la Selección Colombia campeona del Mundo el año pasado en Bielorrusia, son patrocinados por un famoso prostíbulo de Pereira llamado Flores Frescas, nombre que en un principio obviamente relacioné con jardines y cosas de esas. Para nadie es un secreto que en Colombia con los impuestos del tabaco y el licor se financia la salud y la educación; es decir, enfermar y embrutecer a unos para aliviar y educar a otros ¡Cosa de locos! ¡País de vicios el nuestro! Sin embargo no conocía  antecedente alguno de un sitio de lenocinio apoyando el deporte. Aunque no soy ningún puritano ni mucho menos un  mojigato,  me ruborizo de sólo imaginarme que en mis inicios en la radio, un ciclista, por ejemplo, en plena entrevista quisiera saludar  a esa clase   de patrocinador. «Primero que todo permítame agradecer a la gente del Chochal de Roosevelt por su apoyo» o «muchas gracias y un saludo bien especial para las niñas de Rancho Caído», sitios otrora tradicionales en Guadalajara de Buga. En cuanto al  Campeonato que me compete, en ambos casos, tanto para jugadores como para prostitutas, la charla técnica debe ser casi la misma. «Vamos a hacerlo todo con pasión, diría el entrenador, hay que ser precavidos, tenemos que protegernos, les recomendaría sin pudor; mucho cuidado con la retaguardia, no vamos a permitir que nos den pito innecesario, ah, y sobre todo, el que tenga tarjeta roja no puede jugar. Eso es primordial.
El hecho es que cuando yo esté pegado del micrófono narrando con emoción, lo más probable es que a su modo las Flores frescas también estén haciendo lo mismo y mientras venden sus amores sin cariño, su sexo furtivo, puede que en el momento exacto en el que explote un orgasmo cautivo,  ese instante de placer, una rápida eyaculación, coincida con un gol, la máxima expresión de alegría que tiene ésta competición. Entonces, en medio de la euforia y los alardes de virilidad, nunca podremos desconocer que por gusto o necesidad, unas valientes y decididas mujeres, también lo estarán entregando todo en aras del campeón. Siendo justos ellas también merecerían su medalla, su trofeo o su galardón.
Orlando «El Beto» Muriel. El Poeta del Gol.

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