martes, 25 de agosto de 2015

POR QUÉ NO SUBE EL AMÉRICA



LE CONVIENE PERMANECER EN LA B?

Por: Fernando Cárdenas/Revista Farodeportes

@FerCardenas

Si usted vive debajo de una piedra tal vez no sabía esto: El América de Cali está en la segunda división. Desde el 2011, hace ya tres años, descendió, y desde entonces ha hecho todo lo posible por quedarse en la B. Cuando digo que ha hecho todo lo posible lo digo enserio, no es un chiste, el América se ha quedado en las puertas del acenso todo este tiempo porque a quienes toman la decisión inmediata sobre los resultados del equipo les conviene quedarse abajo. Como sé que esto suena a teoría de conspiración y puro sensacionalismo (y no tengo ganas de parecerme a Iván Mejía Álvarez, al menos por el momento) a continuación va la sustentación de racionalidad económica sobre los resultados del equipo, no se preocupe, no tiene que dejar de leer, va sin números.
Lo primero que hay que saber es quién escoge que el club se quede en la B. Las directivas tienen influencia, pero el cuerpo directivo ha hecho lo posible (aunque lo ha hecho mal) para subir al equipo, tampoco los hinchas quieren que el equipo se quede abajo, como bien lo demostraron los atarbanes que decidieron destruir el estadio Pascual Guerrero, ¿y el cuerpo técnico? tampoco; los que han tomado la decisión, racional y consiente, han sido los jugadores. La razón es muy sencilla, los jugadores del América tienen un problema de riesgo moral muy grande y los incentivos que tienen los llevan a actuar de tal forma que el equipo se quede.
Piénselo como si los jugadores fueran médicos, ciertamente la mayoría hace bien su trabajo y se esfuerza lo más posible por dar buenos resultados a los pacientes (hinchas), no obstante los que se encuentran por debajo de la media en cuanto a eficiencia o reputación deben empezar a actuar de otra manera porque tampoco se pueden dejar quitar el negocio y morirse de hambre. En este caso los médicos inescrupulosos aprovecharían que ellos no solo manejan la oferta sino que tienen la capacidad de generar demanda, al mejor estilo del bioenergético que le dice a usted que tiene mal yuyu y eso se quita con un tratamiento que solo él sabe hacer (aplica también para iglesias…si señora Piraquive, la vaina es con usted). Con los jugadores funciona exactamente igual, ciertamente en la segunda división son muy buenos como lo ha demostrado su llegada a instancias finales del campeonato, pero ¿serían igualmente buenos en primera división?
  
Hay un problema de incentivos tenaz en la segunda división. De hecho el problema no es solo con el América. Lo que pasa es que los jugadores de la gran mayoría de los equipos son aversos al riesgo (le corren al riesgo, no les gusta), y además saben de primera mano que de subir a primera división sus equipos traerán refuerzos nuevos que los harán quedarse sentados en la banca, y no los dejarán mostrar sus talentos a clubes más grandes o equipos extranjeros. Se estará preguntando usted entonces  ¿Y entonces por qué los equipos chicos de la B como Fortaleza, Uniautonoma, Jaguares y en su momento Itagüi, Patriotas, Equidad, Chicó y Alianza sí le meten ganas y suben?



Fácil, porque no tienen plata para traer tantos refuerzos de tan buen nivel, y sus jugadores saben que al menos por un tiempo tendrán oportunidades de mostrarse en la primera división y esperar que algún equipo más grande se los lleve. No sucede lo mismo con los equipos que tienen más plata como el América, o en los cuales los jugadores saben que tienen un nivel de exposición aceptable como el Unión o el Bucaramanga; en estos equipos los jugadores no se arriesgan a perder la poca exposición que ya tienen. ¿Puede usted explicar de otra forma que todos se esfuercen durante todo el campeonato, lleguen a instancias definitivas y pierdan el partido decisivo contra equipos claramente inferiores?



El problema tampoco acaba en este punto, si bien las directivas no han tomado la decisión definitiva de quedarse abajo si han tenido una influencia grande sobre los jugadores que la toman. La junta directiva del América, muy al estilo de la de Millonarios, maneja mal los incentivos dentro del equipo. En Millonarios parecen darle más importancia a contratar a cualquier aparecido que encuentren en Wikipedia (el que conociera a Mbami antes de que lo trajeran es un duro y debería trabajar para la CIA) en vez de preocuparse por cómo se sienten los jugadores, si están a gusto dentro de la institución y de generar un ambiente propicio para el desarrollo de una inversión; por su parte en el América están tan preocupados por echarse culpas y porque los hinchas no dejen de ir al estadio a ver un mal equipo, que no se han dado cuenta que ese ambiente de incertidumbre solo hace sentir a los jugadores más inseguros del valor que representarían para la institución ante un eventual ascenso.


Los únicos que ha salido ganando de tener negociantes y políticos puros en las juntas de estos dos equipos han sido los señores de Adidas, ellos han logrado darle más exposición a su marca porque el logo sale de fondo cada vez que toca explicar los malos resultados. Al torneo no le corresponde arreglarle el problema a los equipos, y eso del cuadrangular de ascenso me parece una cachetada en la cara de todos los equipos chicos pero honestos e igualmente legítimos; a quien le corresponde arreglar la situación es a las directivas del plantel, hay que poner cláusulas de tiempo de juego mínimo en los contratos, hay que meter a los técnicos en las negociaciones, y sobre todo hay que dejarle saber a los jugadores el valor que representan para una institución.
No es mi idea tampoco darle palo a la junta directiva del plantel, lo que quiero hacer es llamar la atención al problema principal que hay: Los jugadores no tienen incentivos para esforzarse en las instancias definitivas. Tampoco quiero culpar a los jugadores, si yo fuera un tipo de veinte años cuya única oportunidad de progreso es ser adquirido por un club extranjero no dudaría ni cinco segundos para decir ‘no’ cuando alguien me pidiera arriesgar mi inversión. Lo que estoy pidiendo, como hincha del campeonato y del fútbol nacional (si leyeron mi última columna, o me conocen, sabrán que si me gusta el rojo pero no el escarlata americano) quiero llamar la atención hacia un punto al cual no muchos están haciendo referencia, a ver si se soluciona algo de una vez.

Nota no tan aparte: Señores directivos del América, lo más humillante que puede vivir un hincha es que a su equipo le vaya tan mal que los rivales empiecen a hacerle fuerza por pesar. Por favor arreglen la situación que sus hinchas (los de verdad que no destruyen el estadio por una pataleta) deben estar hasta la coronilla de que los demás escriban columnas como esta.

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