LOS HUEVOS DE ORO
Cuando estudiaba en la escuela se
contaba de una gallina de los huevos de oro que era muy rentable, hoy luego de
que River de Argentina gano la copa suramericana a Nacional de Colombia … los
argentinos hablan de los “HUEVOS DE ORO” hablan de otros huevos que son mas pequeños
, colgantes y testosteronicos, esos huevos son los que muchas veces en
competencias cruciales faltan a los deportistas colombianos cuando afrontan
cruciales compromisos ( los ejemplos abundan) . Entonces a trabajar con los niños
y niñas desde el hogar, escuela para que a medida que se crezca en estatura también
se crezca en seguridad.
Otra tarea es foguear
permanentemente a los deportistas criollos con rivales de alta
exigencia.
Aquí el escrito del diario OLE de Argentina que habla de ese carácter
que tienen los argentinos.
"Gracias, River. Gracias Muñeco.
Gracias muchachos. A todos, los que
jugaron, los que alentaron de afuera. Gracias también a los hinchas que
hicieron un aguante descomunal, como se hace en las finales, con las angustias,
los excesos, la furia y los abrazos interminables regados por sudor y lágrimas.
Gracias también a los dirigentes, que le cambiaron la cara al club y sí, River
vuelve a ser River. Son difíciles de explicar las emociones, incluso para un
viejo cronista. Vivir esta aventura en la cancha con mi hijo, con mi tío que me
llevó por primera vez a ver a River allá por el 75, con mi hermano más
futbolero, porque al otro le tira más la música como a mi hija, con mis amigos
de siempre en la Belgrano, esos locos que agitan y gritan y putean y gritan los
goles y se abrazan. Y me abrazan. Son abrazos inolvidables.
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porque hay que laburar y ver al Muñeco quebrarse en los brazos de Tití
Fernández, desahogando tanto dolor de esos dolores que sólo saben los que
sufren de verdad. Esa emoción del Muñeco, esa ternura, ese afecto, lo define.
Está naciendo un entrenador al que queremos, que siempre fue valiente, como
jugador y ahora como técnico, que vimos nacer en River y que ahora está
madurando, estratega, inteligente como siempre, genial, diferente. Un jugador
de partidos importantes, un técnico para grandes cosas. Para proponer un fútbol
que después de tantos golpes ya pensamos que sólo podía existir en los
recuerdos, para también darse cuenta de que a veces hay que cambiar, para ganarle
a Boca en todos lados, jugando y metiendo, silenciando la Bombonera y haciendo
explotar el Monumental, dejándolos bien calientes porque perdieron en todos los
terrenos. Y después, lejos de relajarse, redoblar la apuesta y jugar una final
como se debe, como hombres, con los dientes apretados, aguantando los momentos
difíciles que toda final tiene y después yendo una y otra vez, intentando una y
otra vez aunque no quisiera entrar, hasta meterla, si no se puede jugando, con
un centro, con la pelota parada del extraordinario Piscu.
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