Sigrid Romero dejó las flechas por los libros
Cortesia el Universal de Cartagena/ Revista Farodeportes
Sigrid Romero Duque la deportista colombiana especialista en
tiro, fue recibida con los brazos abiertos en Antioquia, Romero se retiró de la
alta competencia a los 22 años de edad, en un momento en el que causaba
sensación en cada cita que participaba. Si no triunfaba tampoco salía del
podio, ya que con las paisas Natalia Sánchez y Ana María Rendón integró un trío
ganador en arco recurvo que aún se recuerda.
No niega que, cuando ve las medallas que logró al defender
el nombre de Colombia en decenas de naciones, siente nostalgia, pero ni las
insinuaciones de amigos ni propuestas de ligas y entrenadores han hecho que
retorne al deporte en el que fue por varios años una de las mejores del país y
del mundo.
“Talentosa, con unas condiciones únicas, cooperadora,
disciplinada, que salió adelante pese a vivir sola por cuatro años en Medellín.
Se perdió una gran deportista con proyección olímpica”, dice sobre Sigrid el
entrenador Ángel Barrios.
EL PASO AL COSTADO
Su decisión de alejarse de los campos causó asombro y hasta
confusión, pero tres años después, la mujer de 25 años manifiesta que tenía
otros blancos pensando en un mejor futuro, y que determinaciones
administrativas le dieron el empujón que necesitaba.
“Antes de retirarme llevaba un año de reflexión, analizando
qué hacer con mi vida, ya que siempre he sido una persona que visualiza el
futuro. A los 30 años de edad no me veía en tiro con arco y sin ninguna carrera
profesional y una empresa propia”, afirma Romero de manera certera, así como
cuando se concentraba para dar en la diana.
CON MÁS ASPIRACIONES
“Es que veía el sufrimiento de amigos y familiares
trabajando y luchando por una pensión, algo que es muy complicado de conseguir
en este país, entonces me decía que no podía ser empleada, que debía luchar
para conseguir algo propio”, sostiene la vallecaucana, que llegó hasta los
octavos de final, en equipos, de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008.
“El deporte me estaba dando un millón de pesos, y yo qué
podía hacer con ese dinero si aspiraba a casa y a otras cosas, me cuestionaba
mucho. Observaba a otros deportistas cómodos con sus vidas, pero sin
aspiraciones, y uno debe querer algo más, porque el deporte es muy lindo,
entrega satisfacciones, pero al pasar el tiempo qué va a pasar con nosotros,
cuál será el estilo de vida”, dilemas que pasaban por la mente de Romero, quien
argumenta que hacer varias tareas a la vez, y rendir como se debe, es muy
complicado.
“Se entraría en un conflicto entre deporte, estudio o
negocio. La actividad atlética requiere de compromiso, horas de entrenamiento,
viajes para rendir bien, entonces toca escoger”, dice la ex arquera, que
después de no ser convocada, “sin saber por qué” a la Selección Colombia para
el último evento clasificatorio a los Juegos Olímpicos en Londres 2012, una
Copa Mundo en Medellín, sintió desilusión, siendo ese suceso el que la llenó de
fortaleza para alejarse de la disciplina en la que dejó huella seis años
seguidos.
“Me sacaron de la Selección, fue como si me hubieran cortado
las alas. En ese momento estaba entre las mejores del país, pero por políticas
administrativas de la Federación no me tuvieron en cuenta para competir. Me
llené de tristeza, porque sentí que mi destino deportivo dependía de otras
personas. Por más que hiciera el mayor esfuerzo y ocupara los primeros puestos,
otros se estaban beneficiando y eso no es justo, entonces pensé en mi
estabilidad”, manifiesta Sigrid, quien ahora cursa quinto semestre de
Administración de Empresas en la Universidad Libre, gracias a una beca que
cubre el 40% de sus estudios.
Además, labora allí con un grupo investigativo que tiene
como fin generar estrategias para formar empresa y ser independiente. “Estoy
motivada con lo que hago. Llevo una vida pasiva y el objetivo es terminar la
carrera para tener mejores oportunidades”, sostiene Romero, quien confiesa que
el propio entrenador de la Selección Colombia, el británico Richard Priestman,
le propuso que retornara al tiro con arco.
“Me insistió mucho, me dijo que me daba un arco y otras
cosas, que ya no tenía que entrenar tanto, que con dos horas era suficiente y
que cuando una persona se retiraba y volvía le iba mejor. Indicó que no
desperdiciara el talento, fue algo tentador, que sin duda me hizo pensar, pero
por ahora tengo otras proyecciones”, dice Sigrid, quien no cierra la puerta
para retornar a un deporte en el que dio flechazos certeros para tocar la
gloria. “Ojalá retorne algún día”, concluye con esperanza Ángel Barrios.
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