MARTIN EMILIO COCHISE RODRIGUEZ
Autor: FRANCISCO HENAO BOLÍVAR- Especial para El País
Para muchos, es el ciclista colombiano más completo de la
historia por sus triunfos tanto en la ruta como en la pista. Para otros, sin
importar la posición, está en el ‘top ten’ de los pedalistas nacionales más
destacados.
Se llama Martín Emilio Rodríguez Gutiérrez, pero en
cualquier parte del planeta lo conocen más como 'Cochise'. Tiene 70 años y se
puede dar el lujo de decir que fue el primer ciclista colombiano en conseguir
un triunfo de oro en el exterior.
El récord mundial de la hora logrado en Ciudad de México en
1970 y el campeonato mundial de los 4000 metros persecución individual,
alcanzado en Varese, Italia, un año después, fueron las llaves con las que se
comenzaron a abrir las puertas del pedalismo internacional para los llamados
escarabajos nacionales.
Hoy, 'Cochise' recuerda esa época, gloriosa para él y para
el ciclismo colombiano, y se considera con autoridad moral para analizar lo
sucedido con la bomba sobre dopaje soltada por Lance Armstrong hace unas semanas.
¿De dónde viene el apodo de 'Cochise'?
De una escuela de Medellín. Una vez nos llevaron a ver una
película de indígenas y soldados norteamericanos y había un indio que se
llamaba ‘Cochise’; era muy aguerrido y peleaba por su tribu. Era como el jefe de
esa tribu, entonces cuando salimos de ver la película, yo decía que era
‘Cochise’ y resulta que los amigos me empezaron a llamar así y así me quedé.
¿A qué se dedica a los 70 años?
Yo tengo que trabajar para sobrevivir. Cuando yo corría, el
ciclismo no era tan boyante y tan solvente como ahora; uno corría era por la
medallita, por copas y por pergaminos. Hoy en día los ciclistas, futbolistas y
atletas ganan mucho dinero. Por eso a mí me toca trabajar. Estoy esperando un
contrato para trabajar con el equipo Claro y el Comité Olímpico.
¿Cómo empezó en el ciclismo?
A mí me tocó trabajar desde muy niño. Mi papá murió a los 15
días de yo haber nacido; en la casa éramos tres hombres y tres mujeres, además
de mi mamá; yo tenía que colaborar en lo económico; un hermano me prestó 15
pesos para comprar una bicicletica rudimentaria; empecé a trabajar en una
farmacia que se llamaba 'Botica de los Izasa', en el centro de Medellín, y ahí
empecé haciendo domicilios.
¿De qué manera llegó a su primera competencia?
Fue en la misma bicicleta que incluso era de mujer. Corrí
una doble a Barbosa, en Antioquia. Ahí quedé de 15, pero yo seguí trabajando en
la farmacia haciendo mis domicilios. Luego mis patrones me prestaron 70 pesos
para comprar la famosa Monark que se hacía en Cali, era una bicicleta cachona y
con ella empecé a ganar mis primeras carreras.
¿Cómo fue la experiencia en su primera Vuelta a Colombia?
Fue muy buena. En 1961 corrí mi primera Vuelta y fui campeón
de los Novatos. Al año siguiente perdí por ocho segundos con Roberto 'Pajarito'
Buitrago. Luego gané en el 63 y en el 64. En el 65 perdí con el 'Ñato' Suárez,
pero gané las del 66 y 67. La experiencia fue buena porque gané cuatro Vueltas
a Colombia y tres subcampeonatos.
¿En aquella época ganaba como para mantenerse?
No, yo fui a Italia con un contratico discreto. No es como
ahora que un ciclista puede ganar 500 mil dólares por año. A mí me tocó
trabajar de manera incansable desde que me retiré.
¿Si corriera en esta época sería millonario?
¡Ave María, por Dios! ‘Cochise’ tenía mucha vitalidad,
muchas condiciones; yo era una persona privilegiada por Dios, por la fortaleza
que he tenido y por mi familia; mi mamá me cuidó mucho a pesar de los problemas
económicos que teníamos. Ahora la que me cuida es mi esposa, no me deja
engordar.
¿En su época existía el doping así fuera de otra manera?
El mejor doping lo tenía mi mamá en la casa; ella me
preparaba un 'merjure' de hígado crudo con pajarilla y lo licuaba; luego le
echaba jugo de mora para que eso quedara súper. Era un hierro del macho. Yo me
tomaba eso y me iba a una Vuelta a Colombia y volaba; no había necesidad de
tomar lo que toman ahora. Dice Lance Armstrong que uno no puede ganar una
competencia sin tomarse algo raro. No estoy de acuerdo con eso. Basta con
prepararse bien, dormir bien, tener disciplina y ser constante en la bicicleta.
Un deportista bien cuidado y que no esté en juergas por ahí, triunfa. Lo que
pasa es que algunos ganan algo y creen que cogieron el mundo con las manos.
¿Le sorprendió lo de Armstrong?
Lógico, porque si él no hubiera abierto la boca, no hubiera
pasado nada. Yo lo veía como un grande porque es que ganar siete Tour de
Francia es de una aplanadora, eso no lo hace cualquiera, es que ni un burro;
tiene que ser un caballo de carrera muy bueno; a él no le habían encontrado
nada, pero se dejó convencer para darle la entrevista a esa señora y ahí fue
donde tiró por tierra todo lo que había hecho.
¿A usted nunca le ofrecieron algo?
Nada. Mientras estuve en la Bianchi no me ofrecieron nada,
ni el médico y ni Felice Gimondi, que era el capo del equipo. Yo sí me tomaba
mis vitaminas porque uno para hacer 280 kilómetros un día y al otro día 250 y
luego 270, sí necesita más que un desayuno reforzado. Las vitaminas eran para
aguantar todo ese kilometraje, pero eran vitaminas y no cosas extradeportivas.
Nunca me ofrecieron algo para mejorar.
¿Usted puede asegurar que el ciclismo de su época fue
limpio?
Lógico, era más puro. Es que yo tengo que encontrar a un
médico deportólogo que me diga qué es la eritoproyetina y para qué es eso de
transfusión de sangre.
¿Sí fue la aguapanela el 'doping' de los colombianos que
corrieron en los 80 en todas las competencias europeas?
Es que mire que a mí varias veces me tocó ir como acompañante
al Tour del Avenir y al Tour de Francia y los mismos rusos le decían a uno que
les diera panela. “Colombiano... panela, panela”, era lo único que decían
porque es que nuestros corredores llevaban pedacitos de panela en el bolsillo
de la camiseta y comían un poco en la carretera. La aguapanela es un alimento
con calorías que caía muy bien.
¿Qué más le preparaba su mamá para aguantar en todas las
carreras?
Y es que le parece poquito todo ese 'merjure' que me tenía
que tomar. Eso no sabía sino que olía muy maluco. Es que eso licuado era
prácticamente como tomar sangre, pero tenía mucho hierro y uno se mantenía con
la hemoglobina arriba. Yo corría, pero cuando me acostaba soñaba hasta con el
diablo desnudo.
¿Qué anécdota recuerda de tantos viajes al exterior?
Una vez íbamos a la Vuelta a Brasil y viajamos en un avión
en donde pasamos un susto tremendo; íbamos como a 18 mil pies de altura y de un
momento a otro las hélices del avión se apagaron; era como poner un carro en
neutro. Todos dijimos que el avión se iba a caer, pero al momentico volvieron a
funcionar las hélices. Le pregunté a una azafata que qué había pasado y me dijo
que era un cambio de velocidad que siempre se hacía en pleno vuelo. Le dije que
la próxima vez avisaran para que no le metieran a uno un susto tan verraco por
allá arriba.
¿Como buen paisa se tomaba y aún se toma sus traguitos?
Lógico, a mí antes me gustaba el baile; pero me tomo mis
traguitos de manera discreta porque tengo que cuidar mi imagen; no como ciertos
futbolistas que no miden sus actos. Yo me convertí en un ícono, en una persona
muy conocida, y si a uno lo ven mal parado, entonces se mete en problemas. Mire
no más lo que le pasó al profesor 'Bolillo' Gómez.
¿De dónde sacó esa famosa frase de que en Colombia la gente
se moría más de envidia que de cáncer?
Cuando yo estaba listo para los Olímpicos de Munich 72, un
barranquillero de nombre Édgar Senior fue el que me hizo declarar profesional
porque acompañé a un danés que iba a intentar romper el récord de la hora. A mí
y a mi señora nos invitaron a México para ese evento; allá me consiguieron
bicicleta y uniforme, pero era para entrenar. Entonces el señor Senior era como
un chivo expiatorio porque no era dirigente ni nada y se enamoró de mí para
hacerme un daño; me privó de ir a unas olimpiadas al declararme profesional.
Por eso dije la frase esa porque ese señor lo único que me hizo fue un daño
grande.
En detalle:
'Cochise' nació el 14 de abril de 1942. Desde muy niño
trabajó en una farmacia en Medellín y la rapidez con la que llevaba el servicio
a domicilio en una bicicleta de mujer fue lo que le hizo pensar en que podía
incursionar en el pedalismo competitivo.
Ganó en casi todas las carreras importantes que disputó:
Vuelta a Colombia, Clásico RCN, Vuelta al Táchira, además de ser vencedor en
etapas del Giro de Italia.
Además de ser campeón Suramericano, Panamericano y
Centroamericano, logró el récord mundial de la hora en México 1970, y fue
campeón del mundo de los 4000 metros persecución individual en Varese, Italia,
en 1971.
4 mil metros persecución individual fue su prueba más
exitosa. En ella ganó todo, hasta un título mundial.
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