PUEDO HACER NATACION EN
EMBARAZO????
About.com/ revista Farodeportes
La natación en el embarazo sí es
permitida y hasta es considerada uno de los mejores deportes para las mujeres
embarazadas. Sin embargo, debes tener ciertas precauciones cuando realizas este
deporte.
EMPEZAMOS CON LAS VENTAJAS DE LA
NATACIÓN EN EL EMBARAZO:
Es un ejercicio aeróbico que
ayuda a transportar sangre y oxígeno de forma más eficiente por todo tu cuerpo,
lo que también beneficia a tu bebé.
Puedes ejercitar la mayoría de
tus músculos sin que tus articulaciones sufran por el impacto.
Las mujeres que practican la
natación en el embarazo tienen un riesgo levemente menor de dar a luz de forma
prematura o tener un bebé con malformaciones congénitas (comparado con mujeres
que no realizan ningún tipo de ejercicio durante el embarazo, según un estudio
publicado por los Institutos Nacionales de Salud Pública.
Mantenerte activa durante estos
nueve meses te ayuda a controlar el aumento de peso en el embarazo.
El riego de una lesión es
bastante bajo.
Es el único deporte en que no
importa cuánto peso ganes o cuánto crezca tu panza.
Algunas mujeres aseguran que la
natación también les ayuda a aliviar las náuseas en el embarazo, a aumentar sus
niveles de energía y a dormir mejor.
El agua tiene efectos relajantes,
tanto psicológica como físicamente.
La natación te ayuda a mantenerte
en forma, y una buena condición física en el embarazo ayuda a que tu parto sea
más sencillo –o menos difícil, como lo quieras ver. Los Centros para la
Prevención y Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) recomiendan
que realices una actividad aeróbica de intensidad moderada 150 minutos a la
semana.
Como con otros ejercicios en el
embarazo, si eres nadadora habitual puedes continuar tu rutina. Si no sueles
practicar este deporte, empieza despacio, no te esfuerces más de la cuenta, y
consúltale a tu médico antes de iniciar una nueva actividad física.
PRECAUCIONES
Evita nadar justo después de
comidas grandes. Recuerda que debido a las hormonas y cambios en tu sistema
digestivo, eres más propensa a tener náuseas, reflujo gástrico e indigestión.
La natación, con sus cambios de posición y movimiento constante, pueden agravar
este problema.
¡Respira! Una nadadora
profesional puede hacer este ejercicio sin afectar su ritmo respiratorio;
otras, con menos experiencia, quizá sostengan la respiración bajo el agua,
inhalen más aire de la cuenta y lo exhalen de una vez, o aceleren su ritmo
respiratorio demasiado. El objetivo al nadar es respirar con calma, como lo
harías fuera del agua, y es importante mantenerlo así para evitar mareos y para
que la oxigenación a tu cuerpo y al bebé sea estable. Para hacer esta tarea más
fácil, puedes utilizar una mascarilla y tubo de respiración (snorkel).
Aunque seas una clavadista
experta digna de los acantilados de Acapulco, en el embarazo la mejor forma de
entrar al agua es por las gradas o escaleras. Recuerda que debes evitar
impactos en tu vientre y caídas.
Utiliza el estilo de natación que
te sea más cómodo y evita agitarte.
No debes nadar si tu fuente se
revienta o tienes sangrado vaginal. En estos casos, consulta primero a tu
médico y sigue sus instrucciones.
Mantente hidratada. Estás en el
agua y no tienes calor, pero recuerda que debes hidratarte y descansar como lo
harías al realizar cualquier otro ejercicio: antes, durante y después de hacer
deportes.
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