EL FÚTBOL DE LAS HORMIGAS
Por aquellos días, el gran árbol hueco estaba rebosante de
actividad. Se celebraba el campeonato del mundo de furmiga, el fútbol de las
hormigas, y habían llegado hormigas de todos los tipos desde todos los rincones
del mundo. Allí estaban los equipos de las hormigas rojas, las negras, las
hormigas aladas, las termitas... e incluso unas extrañas y variopintas hormigas
locas; y a cada equipo le seguía fielmente su afición. Según fueron pasando los
partidos, el campeonato ganó en emoción, y las aficiones de los equipos se
fueron entregando más y más, hasta que pasó lo que tenía que pasar: en la
grada, una hormiga negra llamó "enanas" a unas hormigas rojas, éstas
contestaron el insulto con empujones, y en un momento, se armó una gran
trifulca de antenas, patas y mandíbulas, que acabó con miles de hormigas en la
enfermería y el campeonato suspendido.
Aunque casi siempre había algún problema entre unas hormigas
y otras, aquella vez las cosas habían llegado demasiado lejos, así que se
organizó una reunión de hormigas sabias. Estas debatieron durante días cómo
resolver el problema de una vez para siempre, hasta que finalmente hicieron un
comunicado oficial:
"Creemos que el que todas las hormigas de un equipo
sean iguales, hace que las demás actúen como si se estuvieran comparando los
tipos de hormigas para ver cuál es mejor. Y como sabemos que todas las hormigas
son excelentes y no deben compararse, a partir de ahora cada equipo de furmiga
estará formado por hormigas de distintos tipos"
Aquella decisión levantó un revuelo formidable, pero
rápidamente aparecieron nuevos equipos de hormigas mezcladas, y cada hormiga
pudo elegir libremente su equipo favorito. Las tensiones, a pesar de lo
emocionante, casi desaparecieron, y todas las hormigas comprendieron que se
podía disfrutar del deporte sin tensiones ni discusiones.
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