LOS ANIMALES DEL ERMITAÑO
Autor desconocido / Revista Farodeportes Camilo Gutierrez
Se cuenta la historia de un viejo anacoreta o ermitaño, es
decir, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del
desierto o de las montañas para dedicarse a la oración y a la penitencia.
Pues bien, a este hombre lo visitaban muchas personas para
pedirle consejos. Cuando le preguntaban cómo se encontraba, solía decirles que
tenía demasiado que hacer. La gente no entendía cómo era posible que tuviera
tanto trabajo en su retiro.
En una ocasión, le pidieron que les explicara en qué se
ocupaba. El ermitaño les contestó: “Ustedes no lo saben, pero tengo que domar a
dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar a
una serpiente, cargar a un asno, y someter a un león”.
Los visitantes, entre extrañados y admirados, le
preguntaron: “No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde
están todos?”. Entonces el ermitaño dio la siguiente explicación que todos
comprendieron:
“Estos animales los llevamos dentro: los dos halcones se
lanzan sobre todo lo que se les presenta, sea bueno o malo. Tengo que
entrenarlos para que sólo se arrojen sobre presas buenas… Son mis ojos.
“Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo
que entrenarlas para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir… Son mis
manos.
“Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los
demás y esquivar las situaciones difíciles. Tengo que enseñarles a estar
quietos donde deben estar, aunque haya un sufrimiento, un problema, o cualquier
cosa que no me gusta… Son mis pies.
“Lo más difícil es vigilar a la serpiente. Aunque se
encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas, siempre está lista para morder
y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula. Si no la vigilo de
cerca, hace daño… Es mi lengua.
“El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber.
Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día… Es mi cuerpo.
“Finalmente, necesito domar al león, pues quiere ser el rey,
quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso… Ese es mi corazón”.
Pidámosle a Dios saber dominar los animales "que
llevamos dentro".
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