Gabriel García Márquez: de futbolista
a cronista deportivo
Cada 12 de octubre en Colombia se
celebra el día de la raza y del cronista deportivo por eso en homenaje a
quienes nos dedicamos al oficio deportivo debemos dedicarnos lo siguiente sobre
un gran cronista de nombre Gabriel García Márquez
“ De niño jugó fútbol y beisbol
con pelotas de trapo. Como periodista escribió crónicas de boxeo, ciclismo y
balompié. Y hasta jugó tenis para cuidar su salud. Así fue la poco conocida
faceta deportiva de Gabriel García Márquez, quien murió el jueves pasado en la
ciudad de México, a los 87 años.
Hincha del Atlético Junior de
Barranquilla, el futuro premio Nobel de Literatura jugaba como portero en las
calles polvorientas de su natal Aracataca, tal vez con la esperanza de hacerlo
algún día como profesional. Empezamos a jugar con pelotas de trapo y alcancé a
ser buen portero, pero cuando pasamos al balón de reglamento sufrí un golpe en
el estómago con un tiro tan potente, que hasta allí me llegaron las ínfulas,
recordó alguna vez Gabo. Tiempo después, ya como periodista del diario
barranquillero El Heraldo, García Márquez incursionó en la crónica deportiva al
cubrir los partidos del club de sus amores.
Una de sus notas más recordadas
de esa época, titulada “El juramento”, relata lo que vivió en el estadio
Romelio Martínez, de Barranquilla, en un partido entre Junior y Millonarios de
Bogotá, que en los años 50 era considerado como uno de los mejores equipos del
mundo. Entonces resolví asistir al estadio. Como era un encuentro más sonado
que todos los anteriores, tuve que irme temprano. Confieso que nunca en mi vida
he llegado tan temprano a ninguna parte y que de ninguna tampoco he salido tan
agotado, relató aquella vez en El Heraldo en una nota en la que plasmó su
admiración por el argentino Alfredo Di Stéfano, que jugaba en Millonarios
después de su paso por River Plate y antes de triunfar en el Real Madrid. Esperanzas
en su selección
En 1995, en una charla con el
periodista argentino Jorge Barraza, García Márquez confesó que esperaba que la
selección colombiana tuviera un buen papel en el Mundial de Estados Unidos
1994, en el que no pasó de la primera fase. No pudo anotar ni el gol de la
dignidad. Estaba eliminada desde el primer día, dijo el escritor, quien en la
misma entrevista confesó que sintió un gran desconcierto con el triunfo por 5-0
de Colombia sobre Argentina en Buenos Aires en la eliminatoria sudamericana de
1993. Pero el deporte que practicó con pasión ya entrado en años fue el tenis,
en el que incursionó para cuidar su salud.
Según recuerda el diario El
Universal, de Cartagena de Indias, poco antes de cumplir los 80 años, el autor
de Cien años de soledad siempre iba a la cancha de tenis de un hotel cuando
visitaba esa ciudad. Empecé a jugar tenis en el momento en que supe que me iba
a morir, le confesó Gabo al periodista Jorge García al recordar que en 1992 le
extirparon un tumor en el pulmón derecho.
Desde aquel momento, con la misma
disciplina implacable que había tenido toda su vida como escritor, se impuso un
nuevo régimen desde las seis de la mañana: ir a jugar tenis, señaló el diario.
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