LA GUACA
Revista Farodeportes
Les voy a relatar algo que sucedió:
Corría el año 1990 era jueves santo dos
jóvenes querían comprobar si era verdad que sobre la media noche de ese día habría señales de tesoros
enterrados por los indígenas hacia cientos de años. Los campesinos habían visto
en ese sector que tarde de la noche especialmente durante la semana mayor se
presentaban por ejemplo llamaradas que ellos señalaban como lugares para buscar
y encontrar tesoros ( Narigueras, vasijas y objetos que los antepasados hacían
para luego lucir) . La creencia de algunas culturas era que se les debía
enterrar con objetos para su largo viaje.
Estamos haciendo mención a la
cultura Calima cerca al lago que lleva su mismo nombre aledaño al municipio de
calima. Pues bien… llego la noche de aquel jueves y con ella el sueño de tal
forma que los dos hermanos quedaron
profundamente dormidos, pero antes de que sucediera eso hicieron la promesa de
levantarse justo hacia la media noche.
Aquella casa donde descansaban en
ese momento estaba ubicada en una especie de montaña rodeada de cafetales,
monte y mucha naturaleza. De allí se divisaba gran parte del caserío del
sector.
El silencio era total solo
perturbado por los grillos y las luciérnagas que revoloteaban presurosas, en el
cercano monte aullaban los pequeños lobos al ver la esplendorosa luna.
Sucedió que de repente los
sonidos nocturnos cambiaron drásticamente, golpes de tambor indio surgieron a
lo lejos confundiéndose con el viento, estos
eran melodía para uno de los muchachos que se inclinó ligeramente sobre
su lecho para enterarse que era de verdad , sacudió la cabeza y agudizo el
oído, era lo que estaba esperando, esa señal traería alguna fortuna ancestral?
Los tambores se escuchaban más cerca de su habitación y con mayor fuerza. A pesar de que era lo que estaban buscando
sintió temor y empezó a temblar como una rama de un árbol cuando la azota la
fuerte lluvia. No le quedo otro camino que estrujar fuerte a su hermano que
dormía pesadamente, los tambores estaban ya en el pasillo de la casa ,por fin despertó su hermano quien expresaba que no
escuchaba nada, pero también agudizo el oído y dio la razón al otro . Ya eran
dos los que escuchaban el fino tamborileo. El siguiente paso era abrir la
puerta y salir a ver qué era lo que estaba pasando, pero entre ese proceso tan indeciso de salir o no … y al levantar la voz los
sonidos se fueron alejando poco a poco así como habían llegado. De esta forma
cuando se decidieron a salir… ya no había sonidos y la esperanza de hallar
indicios de Guacas se esfumo.
Moraleja: no tengas miedo a
escuchar propuestas diferentes quizás es tu gran oportunidad. Solo debes
evaluar y actuar si es de tu conveniencia. AUTOR CAMILO GUTIERREZ
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