EL ENANO Y EL GIGANTE
Autor desconocido/ Revista Farodeportes
Cuentan de un gigante que se disponía a atravesar un río
profundo y se encontró en la orilla con un pigmeo que no sabía nadar y no podía
atravesar el río por su profundidad. El gigante lo cargó sobre sus hombros y se
metió en el agua.
Hacia la mitad de la travesía, el pigmeo, que sobresalía
casi medio metro por encima de la cabeza del gigante, alcanzó a ver,
sigilosamente apostados tras la vegetación de la otra orilla, a los indios de
una tribu que esperaban con sus arcos a que se acercase el gigante.
El pigmeo avisó al gigante, Este se detuvo, dio media vuelta
y comenzó a deshacer la travesía. En aquel momento, una flecha disparada desde
la otra orilla se hundió en el agua cerca del gigante, pero sin haber podido ya
llegar hasta él. Así ocurrió con otras sucesivas flechas, mientras ambos -
gigante y pigmeo - ganaban la orilla de salida sanos y salvos.
El gigante dio las gracias al pigmeo, pero éste le replicó:
- "Si no me hubiese apoyado en ti, no habría podido ver más lejos que
tú".
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