EL OLFATO PUEDE PREDECIR LA MUERTE
La pérdida del sentido del olfato
no es causa de muerte como tal, pero predice fallecimiento con mayor precisión
que un diagnóstico de cáncer, insuficiencia cardiaca o enfermedad pulmonar. Un
grupo de especialistas estadounidenses presidido por Jayant Pinto llegó a tal
conclusión al investigar a unos 3.000 voluntarios de entre 57 y 85 años de
edad, según detallan en un artículo publicado en la revista 'PLOS ONE'. Entre
los años 2005 y 2006 los médicos sometieron a los participantes del experimento
a una simple prueba: les pidieron identificar cinco olores simples: rosa,
cuero, pescado, naranja y menta.El número de olores mal identificados sirvió de
marcador del nivel de la gravedad de la pérdida del olfato. Cinco años después,
los investigadores buscaron a tantos participantes del primer experimento como
pudieron y les pidieron repetir la prueba.Durante el período de cinco años
transcurrido entre las dos pruebas, 430 de los voluntarios originales
murieron.Del total, un 39% había fallado el primer experimento, un 19% había
mostrado una pérdida moderada del olfato y solo un 10% había pasado la prueba
exitosamente. En otras palabras, aquellos voluntarios que fallaron en la
primera prueba tenían una probabilidad cuatro veces más alta de morir en los cinco
años posteriores que aquellos que habían identificado los cinco olores bien.La
tendencia siguió siendo la misma cuando los científicos tomaron en
consideración los factores que suelen influir en el olfato: la raza, el sexo,
salud mental y el nivel socioeconómico. Los médicos estadounidenses han
formulado incluso una explicación científica a sus conclusiones. Según deducen,
la nariz puede pronosticar eficazmente la muerte debido a lo que la punta del
nervio olfativo no solo contiene los receptores del olor sino también es la
única parte del sistema nervioso humano continuamente regenerada por las
células madre. La aparición de las nuevas células se reduce con edad, lo que
desemboca en la disminución gradual de la capacidad de percibir e identificar
olores. Una disfunción olfativa indica que el cuerpo está entrando en un estado
de deterioro y ya no es capaz de repararse a sí mismo. El nervio olfativo,
además, es la única parte del sistema nervioso que se expone al aire libre:
ofrece a los venenos y agentes patógenos una vía rápida hacia el cerebro, con
lo cual perder el olfato sería una alerta temprana de algo que finalmente
acabará causando la muerte. Con todo, Pinto y sus compañeros de investigación
no han examinado las causas exactas de la muerte de sus voluntarios y tampoco
pronostican si la gente joven mostraría los mismos resultados sometida a las
mismas pruebas.
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