Frecuencia cardiaca y deporte
- ¿Qué es la frecuencia cardiaca?
- Cómo tomar el pulso o medir la frecuencia cardiaca
- Frecuencia cardiaca para cada deporte
¿Cuántas veces hemos visto en las películas cómo algún
personaje coloca su dedo en el cuello de alguna víctima tendida en el suelo
para comprobar si sigue con vida? Seguro que muchas, pero quizá lo que no
sabemos es qué prueba están realizando para cerciorarse si esa persona está
muerta o no. Están comprobando en la vena carótida (al igual que se puede hacer
en otras partes del cuerpo) si esa persona tiene pulso y, por lo tanto, si su
corazón sigue latiendo.
Precisamente controlar el pulso y, por lo tanto, la
frecuencia cardiaca es algo que deberíamos hacer de manera más o menos habitual
en la vida normal, puesto que cualquier desviación en estas mediciones puede
ser uno de los síntomas para sufrir distintas enfermedades cardiovasculares o
simplemente una deshidratación o una infección.
La frecuencia cardiaca es el número de veces que nuestro
corazón se contrae para bombear sangre a todo el organismo y que éste, gracias
a ello, pueda funcionar correctamente. Esta cifra se calcula por número de
latidos por minuto y es un claro indicador de cómo está funcionando el corazón.
Es muy importante tratar de mantener la frecuencia cardiaca
dentro de unos baremos adecuados relacionados con nuestra edad y condición
física. Así, a partir de los 20 años, lo normal es tener una frecuencia
cardiaca en reposo entre 50 y 100 latidos por minutos, según recomienda la
Fundación Española del Corazón. Si se encuentra por debajo de 50 se considera
que sufrimos bradicardia (salvo que seamos atletas bien ejercitados que,
gracias al entrenamiento, suelen tener una frecuencia entre 40 y 60 latidos por
minuto), mientras que si está por encima de 100 sufriremos taquicardia. Tanto
la bradicardia como la taquicardia, si no se tiene una explicación lógica para
ello y es continuada, deben ser controladas por un especialista y, en muchos
casos, tomar medicación para mantenerlas a raya.
La frecuencia cardiaca cambia por múltiples factores como
pueden ser la edad, la hora del día, si hemos tomado alguna bebida excitante o
no, si acabamos de hacer deporte, si estamos tomando ciertas medicaciones… Por
este motivo, no hay que asustarse si, en una medición, la cifra sale alterada;
lo que hay que hacer es repetir la medición en otro momento del día y, si se
dan varias mediciones con resultados fuera de la normal, acudir al médico para
que nos haga un chequeo profesional más detallado. WEB CONSULTAS.
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